Anoche tuve un muy agradable reencuentro con los Beatles, la mayor-mejor banda de la historia. Con imágenes viejas y divertidas, y confirmé que tienen una canción para cada uno de nosotros. O una canción para cada momento.
Hay canciones muy conocidas y estupidamente masacradas en karaokes y borracheras, hay algunas joyas que son de los fans y llegan en momentos especiales. The fool on the hill es mi momento especial. La joya del momento.
Me gustaría poder explicar la razón de mis acciones sin que suene egoísta. Quiero una solución a largo plazo sin comprometerme. Quiero vivir solo pero no tan solo. Quiero a alguien cerca pero que no se entrometa. Quiero diviertirme, pero también divertir. Quiero legar más que heredar. Bueno, eso sería.
Mientras, soy tratado con el tonto que no sabe en lo que se mete ni lo que hace. Pero miro mientras el sol se esconde y el mundo da vueltas. Miro, y trato de entender, aprender y aplicar. El tiempo dirá que tan loco fuí. Soy. Seré.
Day after day alone on the hill
The man with the foolish grin
is keeping perfectly still
But nobody wants to know him
They can see that he's just a fool
And he never gives an answer
But the fool on the hill
sees the sun going down
And the eyes in his head
See the world spinning round
Well on the way, his head in a cloud
The man of a thousand voices
is talking perfectly loud
But nobody ever hears him
Or the sound he appears to make
And he never seems to notice
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