Hay dos versiones de este tema: una con Serú Girán (la primera) que era bastante punk y más bien te volvía bastante loco, la segunda, con León Gieco que es mid-tempo, que invita a relajarse y a no volverse orate. Pero es bien sabido que el personaje al final, igual se vuelve loco.
Será que las presiones algún día me harán desvariar? O ya estaré desvariando y me niego a aceptarlo? La primera señal debe ser creer no estar equivocado... pésima forma de empezar a encarar un problema.
Ni el Migue salvó a Charly, no basta con tener un cable a tierra, éste debe estar permanentemente sujeto, y sobre todo, evitar a toda costa la autosuficiencia, la independencia de los buenos consejos.
Dentro de todos, gracias a aquellos que comprenden, hasta pronto a los que no, y bienvenidos a los nuevos, para que este mundo pequeño que es cada uno, sea cada vez un lugar mejor para vivir, y se pueda dar siempre más de lo que se recibe.
Volvamos a las calles, al alcohol (pero con moderación), al baile, al desmadre, a los besos entre amigos, que la alegría no es solo brasilera,la pasión no es solo argentina, y la incoherencia no es solo boliviana.
Yo no quiero volverme tan loco
yo no quiero vestirme de rojo
yo no quiero morir en el mundo hoy.
Yo no quiero ya verte tan triste
yo no quiero saber lo que hiciste
yo no quiero esta pena en mi corazón.
Escucho un bit de un tambor entre la desolación
de una radio en una calle desierta
están las puertas cerradas y las ventanas también
no será que nuestra gente está muerta?
Presiento el fin de un amor en la era del color
la televisión está en las vidrieras
toda esa gente parada que tiene grasa en la piel
no se entera ni que el mundo da vueltas.
Yo no quiero meterme en problemas
yo no quiero asuntos que queman
yo tan sólo les digo que es un bajón.
Yo no quiero sembrar la anarquía
yo no quiero vivir como digan
tengo algo que darte en mi corazón.
Escucho un tango y un rock
y presiento que soy yo
y quisiera ver al mundo de fiesta.
Veo tantas chicas castradas y tantos tontos que al fin
yo no se si vivir tanto les cuesta.
Yo quiero ver muchos más delirantes por ahí
bailando en una calle cualquiera
en Buenos Aires se ve
que ya no hay tiempo de más
la alegría no es sólo brasilera.
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