2008-06-12

El Enemigo - Luis Alberto Spinetta


No es más que mi agradecimiento a los que son rivales más amigables, y mi visión crítica de la falta de frialdad ganada ante la vida.
El que ataca mal te hace un favor, el que descuida lo que quiere, abre la puerta al enemigo. Y el enemigo quiere estar en todas esas partes.
Soy testigo de que los que te quieren, perciben las idioteces que haces, y si se actúa con más frialdad, puedes usar ese instinto a tu favor: si te engañan buscas un cambio de emergencia, si te atacan, te proteges. Previenes.
Y así fue, me fui de amores con el Enemigo (y no salió todo bien), trabajo con el Enemigo (y vamos de regular no más). Y yo no soy el enemigo.
Que sería yo sin Ustedes? Sin tanta importancia gratuita? Solo fui el beneficiario de sus apreciaciones. El Salmón.
El enemigo de mi enemigo. Que resulta ser amigo.
Con una sola vez en la que el viento diga tu nombre,
mi corazón latirá muy fuerte hasta llegar.
Mientras se detenga el tiempo entre cuerpos,
como arena en las manos, la lejanía dice adiós hasta estallar...
Vuelve y siembra en su vientre una plegaria.
Sube y vuela tu mirada hacia el mar.
Y es que nada, nada
detendrá mi amor.
Y hay que impedir que juegues para el enemigo...

Puedo hasta tocar el cielo en el que flotan todas almas perdidas,

y mi corazón latirá muy fuerte hasta llegar.
Y si un espejo falso ves, que no responda tus mismas lágrimas,
la lejanía dirá adiós hasta estallar...
Oh! regresa y hunde tu cuerpo en esta tierra.
Sube y vuela tu mirada hacia el mar.
Y es que no hay otra oportunidad.
Por qué sólo es esto todo lo que tenías para dar?...

Madre de la vida, por favor ilumina a la gente,
o todo verdor y creación y tu amor se perderán...

Quieren imitar al sol, que se escapa en espectro dorado, y la
lejanía dice adiós hasta estallar.
Vuelve y siembra en su vientre una plegaria.
Sube y vuela tu mirada hacia el mar.
Y es que nada, nada cambiará mi amor.
Y hay que impedir que juegues para el enemigo...

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