A los bolivianos (panameños, brasileros...) nos vuelve locos el carnaval, nos vuelve estúpidos diría yo. Es como una carretera de una sola vía a la borrachera y a la promiscuidad que termina en el despeñadero de la resaca. Por eso es absolutamente necesaria.
¿Que sería de la vida sin carnaval? Pura tristeza, puro aburrimiento. Lo malo es que esa felicidad dura poco, la tristeza es infinita. Hay que trabajar el año entero para unos días de felicidad, por eso es tan acelerada, tan extrema.
Más bien que me he librado últimamente de eso, y trato de administrar la alegría y la tristeza en el tiempo. O sea, cuando todos joden descanso, cuando todos descansan, me levanto. Aunque últimamente me da por creer que entré en un foso un tanto sin salida. Poco de esto, mucho de lo otro en todo.
A felicidade é como a gota De orvalho
numa pétala de flor
Brilha tranqüila
Depois de leve oscila
E cai como uma lágrima de amor
Tristeza não tem fim , Felicidade sim
(Escuchar el disco completo (La Fusa 1) para sentir que el amor no correspondido y la tristeza, producen el mejor arte del mundo)
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